Cuando eres pequeño, crees en los cuentos de hadas, en los principes y las princesas. Te montas una idea en tu cabeza de lo que seria el amor idílico, ese cuento que te alimenta dia tras día con la esperanza de hacerse realidad.
He escuchado muchas veces que la complicidad normalmente va atribuida a la pareja. Al principio de las relaciones todo es nuevo y el trabajo de cada uno de los dos se basa en ir conociendo como funciona y como piensa la persona de la que te vas enamorando. Después normalmente esta curiosidad se va transformando en otra etapa, en la que las dos personas deben de seguir trabajando para conseguir lo que se considera “complicidad”.
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