Adiós amigo

Una cosa de los humanos que no entiendo, ni entenderé nunca... es el afán de conseguir cosas, ponerse retos y mas retos... que cuando llegan a su fin, les hace plantearse si merecía la pena la lucha.

Soy partidario de luchar con todas las fuerzas por conseguir las cosas... pero también afirmo que es necesario valorar lo que uno tiene para poder valorar lo que aspiramos o queremos conseguir. Porque en el camino por llegar a la meta planteada... nos topamos con alguna que otra personita, que le podemos perjudicar seriamente.


Por fortuna o por desgracia, me he topado con muchos (quizá demasiados) humanos, que han luchado por conseguir algo, incluso a veces hasta me ha tocado a mi ser el verdugo... ya que lo que se disputaban era mi amistad. Esa tan venerada palabra con mucho significado... porque yo siempre pregunto a mis amigos ¿a que no tienes muchos marcianos como amigos?. Y ellos sonríen y van orgullosos diciendo que tienen un amigo marciano, aunque les miren con cara de ¿tas loco?.

Con el paso de los años, aquellos que persiguen los sueños y los consiguen son muy odiados por unos, y muy envidiados por otros, yo a los verdaderos luchadores y mantenedores de sueños los venero.

A los falsos perseguidores de sueños les pregunto:

-¿Ha sido duro el camino?. ¿que sientes ahora que lo has conseguido?.

En ese momento todo se puede traducir en una simple palabra: euforia.

Me gusta volverme a reencontrar con esos perseguidores de sueños una vez pasados unos años... y saber de ellos, y que ha sido de su sueño. ¿lo has cuidado bien?, ¿lo has sabido disfrutar?. ¿mantienes la misma ilusión que al principio?.

Por desgracia, no suelo encontrarme con mucha gente perseguidora de sueños... porque muchas veces me ha tocado a mi ser parte de ese sueño, y uno de los riesgos que tiene perseguir un sueño es que cuando llegas a conseguirlo o tenerlo, no sabes cual es el siguiente paso... y acabas perdiéndolo.

Reflexión marciana: Amigo (tuyo), una vez decidiste llamarte así, te empeñaste en ponerte ese nombre a toda costa, aunque sabias que el camino no iba a ser fácil... Llegaste a conseguirlo, llegaste a ponerte ese nombre, aunque yo no llegué a confiar nunca en que fueras merecedor de ese título.

Supe diferenciar, supe repartir mi tiempo, supe lo que hacia... y sobretodo y ante todo, valoré lo que tenía, para antes de poder llegar a ser tu amigo, valorar la amistad que ya tenia con otros amigos que nos trabajamos mucho el poder ser merecedores de llevar la palabra "amigos", algo que no llegó de la noche a la mañana, y llevó implícito muchas risas, a veces alguna que otra bronca, muchas noches en vela, sufrimiento, despedidas, pero siempre sabias que estaban ahí, y ellos sabían que yo también estaba para ellos.

Amigo (tuyo), dolido te sientes, por perder... o eso parecía... pero mas dolido me siento yo porque no valoraste lo que te ofrecí en un cofre, el mejor regalo "la amistad". Y no luchar con uñas y dientes por lo que realmente era tu sueño, y ahora dejas que el sueño se esfume y ahora todo se quede en unas fotografías, y en algo tristemente material.

Pero siempre aprendo... y con este sueño fallido de ti, mi-tu"amigo". He vuelto aprender... que no puedes valorar algo, cuando lo primero que tienes que hacer es valorarte a ti mismo, para después empezar a valorar lo que la vida te va ofreciendo.

Quizá el dia que sepas valorarte como persona y ser humano, sepas valorar y cuidar a los verdaderos amigos, y todo lo que ellos tienen que ofrecerte. Te lo deseo de todo corazón.



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